Un lago (del latín: lacus) es
un cuerpo de agua, generalmente dulce, de una extensión considerable, que se
encuentra separado del mar. El aporte de agua a todos los lagos viene de los
ríos, de aguas freáticas y precipitación sobre el espejo del agua.
Los lagos se forman en
depresiones topográficas creadas por una variedad de procesos geológicos como
movimientos tectónicos, movimientos de masa, vulcanismo, formación de barras,
acción de glaciares e incluso impactos de meteoritos. También existen lagos
creados artificialmente por la construcción de una presa.
Los grandes lagos que no tienen salida al mar son
llamados también «mares cerrados», como el mar Caspio, pero la regla no es
clara, pues se habla del mar Muerto y del Gran Lago Salado. A veces se propone
distinguir los mares de los lagos por el carácter del agua salada del mar y
dulce de los lagos. Otro ejemplo de un lago que no va al mar es el
Lago de Valencia en Venezuela.
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